Cuando se realiza un proyecto desde cero, como el nuestro, todo está por hacer, por definir, por inventar.
Hasta mediados del siglo XVIII la comunicación entre La Meseta Castellana y el puerto de Santander se realizaba por caminos estrechos y abruptos, aptos únicamente para caminantes y cabalgaduras.
Desde el siglo XVII, el puerto de Bilbao monopolizaba el tráfico de la lana castellana, disfrutando de sus fueros, lo que suponía pérdidas cuantiosas para el Corona Española al no poder cobrar impuestos por no poder exportar desde el puerto de Santander.
Fernando VI, por ello, le encarga al Marqués de La Ensenada, la construcción de un camino que pueda unir Alar del Rey (actual Palencia) con Reinosa (actual Cantabria) y el puerto de Santander y por el que puedan transitar carros y carretas con mercancías para exportar a los puertos europeos e importar de los americanos. Se exportaban lanas, harinas, vidrio, tonelería y vino fundamentalmente a Francia, Holanda e Inglaterra y se introducían productos americanos como cacao, azúcar, cuero, etc…
Las obras comenzaron con gran sigilo en 1749 y en tramos sueltos para no despertar el recelo de los vizcaínos. Hubo paradas debido a los inviernos crudos pero la obra finalmente se terminó el 15 de noviembre de 1752. Así Santander adquirió ventaja frente a Bilbao en el comercio de los productos provenientes de Castilla y se adelantó un par de décadas a la construcción de la Vereda Real de Pancorbo-Bilbao por Orduña. Nacía el Camino Real entre Castilla y el puerto de Santander y una época de desarrollo y auge para todas las zonas por las que transitaba el Camino, incluida la ribera del Besaya en la que se encuentra Riocorvo y Posada Seis Leguas.
Por aquel tiempo las distancias se medían en leguas. La legua, con variaciones dependiendo del lugar de España, son 20.000 pies, equivalente a la distancia que se puede caminar en una hora, alrededor de 5,5 km.
En la parte norte de Riocorvo, limitando con el término de Las Caldas se encuentra el leguario que indica “SEIS LEGUAS A SANTANDER” o lo que es lo mismo, alrededor de seis horas caminando hasta la ciudad.